miércoles

CIUDAD DISFRAZADA







Cuando en vez de agua fría cae algodón helado,
te asomas a la ventana antes de las 9,
sales a pisar el manto espeso y crujiente.
pasan ambulancias y bomberos
recogiendo ciudadanos de suela plana
y tú con tus botas sin estrías
repartes bolas con O,
te metes en una cama usada,
duermes la siesta
y vuelves a casa.


la calle ya no está disfrazada de blanco,
sólo algunas copas altas
y una torre que quemó su vestido transparente
yace ahora helada.
LLueve otra vez agua fría.
...La ciudad miente.

domingo

NOCHE SIN AGUJAS















En un rincón abierto del fin del mundo,
asomada al balcón frente al universo,
llovían estrellas.
Un gajo de luna blanco como la espuma
brotaba sobre la orilla del océano
y una música de orquesta subía
desde el pueblo hundido en el valle
porque era noche de feria
No estábamos sólos,
los lagartos esperaban con su piel congelada
debajo de las piedras a que el día rompiera.
Extendí mis brazos tumbada sobre la tierra caliente
bailé, grité y me inventé tu nombre en una noche sin agujas,
y tú, que aún no me conoces,
me mirabas con ojos recien nacidos
al otro extremo de la noche
sin saber que
todavía te espero.

(12-08-2000 - verano en la Palma)


jueves

RATAS DE CIUDAD

Las ciudades no están hechas para vivir.
Están hechas para buscarse la vida.


Te lanzas sobre ellas con hambre.
Pillas tu pedacito de pan para descongelar,
Luego te quedas atrapado, guardas las alas
e intentas pequeños saltitos sobre sus calles llenas
de rostros escaladores sudando paredes verticales.

Empiezas por la periferia.
Delante Madrid
Detras: montañas de escombros y descampados.
Juegas a ganar circunvalaciones.
Tu objetivo: Alcanzar el centro,
pero es caro y vendes la finca de tus veranos
grande y verde. Olía a olivos y a vaca,
sin calles cortadas, sin pivotes sube y baja con llave
para los afortunados residentes.
De momento tienes que elegir:
pagas en la zona azul o pagas en la verde.

Una mañana te despiertas y sueñas que has llegado.
has avanzado, estás mejor comunicado,
han plantado enfrente un estadio,
un Vips, un hotel **** y un concesionario
ya eres mayor
y más objetivo
se te nota en la arruguita del entrecejo
y en esa patita de gallo
te dicen señor en el mercado...

Vuelves a mirar tus dados
esta vez no te engañas,
Sigues en el mismo el mismo lugar,
pero detrás de tí ya no hay campo
y has cambiado piso por casa
parece que no has movido ficha,
nuevos círculos han crecido
estás rodeado
no conoces ni al vecino,
no hay confianza,
ni noches de verano al raso
ni cigarrito en la terraza,
ni fiesta en la azotea,
sólo acristalados miradores,
estrechas habitaciones,
patios interiores,
Tampoco Retiro los domingos
ya no es necesario,
hay Centros comerciales
donde no hace frio, ni llueve, ni huele, ni dejan pasar las estaciones....

Salgo a perseguir palomas, pobres ratas de ciudad
se pelean por mis migajas descongeladas
corro detrás de ellas, como cuando era pekeña
prefiero verlas volar .



miércoles

MONTE PERDIDO













Ella: invítame a tu ciudad, ahora tengo mucho tiempo libre
El: cuando quieras
Ella: que ropa me llevo, hace frio o calor. Llueve? (ilusión)
El: ven y compruebalo tú misma
Ella: entonces salgo mañana mismo, me esperarás?
El: por supuesto.
( convicción )

Viajó junto a la ventanilla. Los árboles, las vacas, los pueblos, los recuerdos.. pasaban como los fotogramas de una película, deslizándose casi sin apreciar el paso del tiempo recortando las escenas censurables.

El: Por fin nos encontramos, estaba deseando conocerte.
Ella: Siii, (sonrisita cómplice) yo tambien tenía ganas.
El: venga (impaciente) vamos al centro, caminamos un rato?
Ella: ah, (cierto desconcierto) pensé que venías en coche.
El: si, (duda) pero hace un día demasiado bueno como para no aprovecharlo.
Ella: pero... se está nublando, esta apunto de llover, estoy cansada.
El: lo siento..
Ella: no hace falta que sientas nada
(mirada furtiva hacia el interior del coche con sillita de bebé)
El: oye, todavia no nos hemos dado ni un abrazo.
(decepción)

El tren galopaba sobre las vias con violencia, huyendo de la noche cerrada. Ella abrió los ojos unos segundos, el reflejo del cristal le devolvió una imagen agazapada entre los límites opacos de un paisaje siniestro.