NACE de la tierra,
pequeña e inocente,
blanca y rolliza
tan suave, tan esponjosa, tan bella...
Poco a poco
van deshaciendo su traviesa y desordenada candidez,
la estiran, enrollan y ordenan,
hasta convertirla en una enorme y madura bola.
Cuando menos se lo espera, la desmadejan.
Comienzan de nuevo a tirar de ella,
da vueltas y más vueltas en un lento y constante avance,
se encoge, mengua y sin querer se va quedando de nuevo pequeña.
Un día se mira y no se reconoce,
han tirado tanto del hilo...
Añora aquellos días en los que no era más que esponjoso algodón recien nacido,
de pronto, cae en la cuenta que ha dejado de ser ovillo y de aquella madeja primigenia sólo queda un lamentable colgajo que nadie dudará en arrancar de la práctica y peliteñida camiseta en la que ha quedado convertida.
2 comentarios:
Incluso los iconos del anticonsumo se convierten en un objeto rentable
Conde
Olivia: qué capacidad increible para contar historias no contadas. Para inventar historias mínimas.
Siempre es un gusto leerte.
Saludos,
Aquaman
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