GÉNESIS

El cielo era intensamente azul sin una sola mancha blanca rompiendo el horizonte. El planeta, un desierto habitado por la única especie capaz de soportar la vida sin agua: Cactus gigantescos de raices hiperdesarrolladas que se hundian en la superfice seca y compacta de la tierra, buscando los últimos restos de humedad que aún se conservaban en las capas profundas de la corteza. El aspecto exterior del planeta era el de una bola pelada amarillenta sobre la que incidía el sol sin la protección de la antigua capa de ozono, destruída millones de años atrás. CMYK estaba acostumbrado a este tipo de expediciones. La potentes lentes gravitacionales de su estación espacial acababa de descubrir un nuevo planeta. No era nada del otro mundo, teniendo en cuenta que cada dia eran catalogados unos 177.000 en diferentes sectores del universo... Su trabajo consistía unicamente en verificar la existencia de los mismos in situ y de paso tomar algunas muestras sobre el terreno., algo que no le llevaría mas de 30 minutos reales. CMYK tomó tierra una vez más en el pedazo de roca esférico, idéntico a otros miles que llevaba clasificados. Dedujo inmediatamente que la vida estaba apunto de perecer, a esos gigantescos cactus piedra no les quedaba ni dos visionarios, unos 20.000 años planetarios, o lo que es lo mismo, un par de horas en el vértice de la galaxia Clonatrón. Cuando CMYK regresara a su punto de conexión, el planeta 4441.rv2 habria muerto literalmente. La causa habitual, el exceso de actividad de la estrella que lo ilumina. Después de recoger muestras, CMYK se sentó a la sombra de uno de los cactus. Las espinas eran espeluznantes. Miró hacia el cielo azul. El silencio era total. Debía tomar una decisión rápida. En menos de dos horas la estrella de allá arriba provocaría la última explosión acabando para siempre con la auténtica mina que le daba sombra: Los cactus piedra poseian en su interior la mayor reserva del alcaloide visionario más potente del universo conocido y estaba ahi, al alcance de su mano. Nadie le observaba. (¿?) Dudó un instante. Se incorporó y se puso rápidamente manos a la obra. Extrajo la primera capa verde de la planta, la machacó y se la llevó a la punta de su lengua, en ese instante, sintió una terrible presión sobre su cabeza que le obligó a tumbarse sobre el árido suelo. Intentó incorporarse pero su cuerpo estaba rígido como una tabla. Gritó, el tiempo se acababa, tenía que escapar del planeta amarillo inmediatamente o moriría achicharrado. Perdió el sentido y al cabo de una eternidad despertó por culpa de una potente luz blanca. "Has roto las reglas, tocaste la planta prohibida. Quedas expulsado del universo y condenado a vagar eternamente por la monotonía gris exterior ". Las potentes lentes de la estación espacial controlaban cualquier rincón del universo. Fuera, el caos engullía cualquier rastro de conciencia racional.