Siento envidia de ese abrazo cerrado que
componen dos.
Siento envidia de sus cómplices miradas,
de la mano cálida y sutil
que dibuja una caricia.
Siento envidia de esos besos, dilatados
y extensos besos.
Siento envidia del amor verdadero, de los
enamorados y de su eterno cielo.
Amor que grito a voces y suplico en
silencio.
Creo en los ojos que reflejan la
mirada...
Creo en las manos que descubren y
se aman.
Creo en los labios que sellan el fuego
para beber el agua.
Creo en el alma y creo en el deseo.
(de mi amigo Jorge Escudero ese corazón del guerrero, que escribe sencillo y bonito)
..Más por encima de todo, creo en el dibujo perfecto que graban a fuego tus palabras,
en el perfil del Hada del tiempo
1 comentario:
Cuanto más deseamos los abrazos más distantes parecen y más calurosos figuramos los besos ajenos. Hay días que parecen un desierto de cariño pero el oasis de ternura está justo detrás de esa duna. No, de esa no, de esa otra. Por ahí. Gira a la izquierda. Espera... ¿te acompaño?
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