domingo

Operación KarMa

Karls Maders, ingresó en la sala perfectamente acondicionada para la ocasión, con su aspecto de gurú centroeuropeo. Depositó cuidadosamente su maletín de trabajo sobre la mesa de operaciones y a continuación desplegó todo su instrumental con una delicadeza propia de gran cirujano. Esta vez no se jugaba más que en otras ocasiones, pero para Karls, cada operación suponía un momento único y mágico independientemente del lugar en el que realizaba una nueva intervención. Sin embargo, circunstancias aparte, aquella noche se sentía especialmente implicado, un nutrido público de fieles aprendices observaría atentamente cada uno de sus certeros movimientos. Su fama comenzaba a despegar y comenzaban a elevarle a la categoría de verdadero chamán, con el poder de resucitar cualquier cuerpo inerte que cayera en sus manos.
A la hora prevista, el personal, ávido de experimentar grandes y aleccionadoras sensaciones, comenzó a tomar posiciones. Karls se colcó detrás de la mesa, chasqueó los dedos, cerró un instante los ojos y respiró profundamente, por fin comenzaba su esperada actuación.
De repente, toda la sala se convirtió en puro movimiento. Se palpaba una frenética actividad que prometía ir in crescendo y que iba a durar largas e interminables horas en las que la tensión acumulada durante largos días de preparación estallaría en pedacitos de adrenalina, expandiéndose por cada uno de los rincones de la sala.
Karls tomó con cuidado el primer cuerpo en estado de hibernación y le aplicó una de sus agujas mágicas, en el lugar exacto y con sorprendente precisión. De pronto Karls Maders sintió uno de sus momentos grandes: la energía estelar fluía intensamente de sus dedos logrando una vez más el milagro de la resurrección de la Vieja Música, frente a un público que bailaba enlokecido de puro Extasis. Dj Karma se habia vuelto a superar.




3 comentarios:

Singapur dijo...

La verdad no me esperaba ese final pastillero, seguia en la sala de operaciones, muy bueno... ademas de todo el nuevo blog que me quede en la historia

Fernando dijo...

jajaja. Es lo que tiene tomar estándars... además, debemos tener el gusto muy parecido porque allá donde vamos, repetimos... (empezando por el título) je, je, je. De todos modos, prometo ir cambiando el diseño cuando vaya teniendo tiempo. Por cierto, has ganado con el cambio, más alegre (aunque no tiene por qué haber finales felices).

Pelin dijo...

olivia, como tantas otras veces, me dejas sin palabras