miércoles

MONTE PERDIDO













Ella: invítame a tu ciudad, ahora tengo mucho tiempo libre
El: cuando quieras
Ella: que ropa me llevo, hace frio o calor. Llueve? (ilusión)
El: ven y compruebalo tú misma
Ella: entonces salgo mañana mismo, me esperarás?
El: por supuesto.
( convicción )

Viajó junto a la ventanilla. Los árboles, las vacas, los pueblos, los recuerdos.. pasaban como los fotogramas de una película, deslizándose casi sin apreciar el paso del tiempo recortando las escenas censurables.

El: Por fin nos encontramos, estaba deseando conocerte.
Ella: Siii, (sonrisita cómplice) yo tambien tenía ganas.
El: venga (impaciente) vamos al centro, caminamos un rato?
Ella: ah, (cierto desconcierto) pensé que venías en coche.
El: si, (duda) pero hace un día demasiado bueno como para no aprovecharlo.
Ella: pero... se está nublando, esta apunto de llover, estoy cansada.
El: lo siento..
Ella: no hace falta que sientas nada
(mirada furtiva hacia el interior del coche con sillita de bebé)
El: oye, todavia no nos hemos dado ni un abrazo.
(decepción)

El tren galopaba sobre las vias con violencia, huyendo de la noche cerrada. Ella abrió los ojos unos segundos, el reflejo del cristal le devolvió una imagen agazapada entre los límites opacos de un paisaje siniestro.


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