Recien aterrizada en una ciudad del Norte. Es aquí donde habita el verdadero invierno. El frío marca cada paso, rápido, pero nada superficial de los que sólo se detienen ante el calor mínimo de una vela o el humeante vapor de algún líquido, contenido en la penumbra de los interiores.
Comienzo a caminar. Mis pies crujen. La luz escasea en las aceras, tal vez porque sus habitantes la atrapan, antes de que se pierda inutilmente en el suelo, gracias a los imancitos puros de su piel.
Me lo advirtió la mirada transparente de uno de ellos: Procura aprovechar cada minuto de luz, cuanta más logres atrapar, mejor sobrevivirás.
No estoy acostumbrada a ese tipo de supervivencia. En la ciudad de donde vengo, corres el peligro de quemarte como el negativo de una película, si te expones demasiado.
Necesito un periodo de adaptación radical. 180º respecto a mis antiguas costumbres. Cambiar el color vital, por el gris interminable; sustituir varios millones de cabellos volando a su libre albedrio, por una masa sometida bajo un gorro opresor, y lo más difícil, hacerse entender en un idioma que suena como hablar al revés.
Recien caida en la ciudad donde todo el mundo habla raro. Desorientada en el centro exacto de un plano sostenido por un par de manos, todavía oscuras.
2 comentarios:
hey.. me gusta mucho, ya vez como tambien tienes potencial para la redaccion... me da gusto que te abentaras a intentarlo...
porcierto, no de tu comentario en mi pagina... no supe si fue reclamo, peo tienes razon, la buena escritutra se logra con tiempo y dedicacion, con un constatnte escribir, y con tiempo.. gracias por escuchar a un tontuelo del nevo mundo...
saludillos
atte
el escritor que quiero ser
Aquiles Heredia Getino
si leyeras mis post antiguos te darias cuenta k ya explotaba mi potencial redAccionario antes. saluditos.
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