jueves

OH my God! Wild and free

Faraones, Catedrales, iglesias, conventos, sinagogas.. Nos encanta encerrar a Dios en ampulosos contenedores de piedra, cristal, oro, materiales exóticos,... Incluso en el interior de criaturas mundanas ataviadas de rocambolesca manera, a quienes una vez muertos, disecamos en un sorprendente acto de excentricidad humana. Me llegan impresiones del antigüo pabellón de taxidermia de Zoo: “tu de aquí no te escapas, fiera salvaje”.

Creemos que atrapar a Dios es tan simple como construirle una jaula fantástica, llenarla de símbolos con su nombre bordado, salpicarla de un puñado de milagros extraños, rezarle con una obsesión casi compulsiva como para acallar nuestra ignorancia, entre complejos ritos misteriosos y beatas que creen alcanzar el cielo mutilando o reprimiendo sus propios cuerpos con un pudor casi neurótico. Sólo así, suponemos que El, maravillado ante tanta teatralidad y fanatismo, entrará solito, dócil y manso como un cordero en el interior de la jaula dorada donde mantenerse oculto a ojos de los infieles y admirado por los fieles en medio de una portentosa oscuridad hasta los restos.

Mientras tanto, Dios, haciendo caso omiso a la retorcida mente humana, disfruta de su expasiva libertad, alegremente tirado sobre la hierba de un festival de música independiente cualquiera. Completamente desnudo. Bailando con ojos de niño, tocando plácidamente algún instrumento, o dando de mamar a un vástago con todo el placer universal sobre su conciencia.
(o a mi me pareció)

2 comentarios:

cam. dijo...

Yo ya ni permití que éste revuelo papal mediático me diese a reflexionar staments ateos a los q llevo adheridos de antaño
salud !

Anónimo dijo...

dios vive cada día en nuestra conciencia desgarrada entre la soledad y el consuelo (no hay solución de continuidad,mientras se hable existirá -resignación)